A diferencia de otras facetas de la vida cotidiana en el Antiguo Egipto en las cuales no contamos con abundante información, en el caso de la medicina sí nos han llegado restos arqueológicos y fuentes que testimonian los conocimientos y prácticas que realizaban.
En cuanto a los restos arqueológicos debemos destacar el papel que han jugado las momias para fomentar el conocimiento de los médicos egipcios sobre el cuerpo humano y al mismo tiempo para los investigadores actuales, puesto que nos permiten conocer las enfermedades que podían ser curadas en la época y vislumbrar el nivel de preparación médica. En el ámbito de las fuentes, podemos destacar la presencia del Papiro de Laun (poblado situado cerca del Fayum, aunque su nombre ha pasado a la historiografía como Kahun). En este papiro se recogen tratamientos de ginecología y obstetricia dirigidos al cuidado de la mujer, así como el llamativo remedio realizado con excremento de cocodrilo para evitar el embarazo. El Papiro de Ebers recoge remedios dedicados a la ginecología, oftalmología, enfermedades del aparato digestivo entre otras, y junto a estos remedios aparecen rituales en los que los pacientes debían de ir a las capillas de la diosa Sekhmet a pedir por su curación. El Papiro de Edwin Smith también menciona, junto a cuarenta y ocho tipos de heridas y lesiones, remedios y oraciones a la misma diosa para lograr la curación de tales enfermedades. Uno de los Papiros de Berlín también trata sobre remedios y conjuros para curar enfermedades de los niños recién nacidos y al mismo tiempo a la madre. Y por último mencionar el Papiro Hearst, en el cual se citan recetas para curar enfermedades relacionadas con la sangre, los pulmones, el aparato digestivo, las mordeduras de insectos, la caída del pelo o de los dientes.
La presencia de los conjuros y las advocaciones a la diosa Sekhmet, así como a otros dioses y diosas, se debe a la creencia de los antiguos habitantes del Nilo del poder que tenían los dioses para curar las enfermedades, puesto que éstas habían sido producidas por genios malignos. Por lo tanto la ciencia médica estaba altamente conectada con la magia.
A parte de todas estas fuentes de origen egipcio, también contamos con la existencia de testimonios de viajeros de otras civilizaciones. Tal es el caso de Heródoto y de Diodoro Sículo, éste último nos dice que «durante las campañas militares y las expediciones, todos son curados gratuitamente, porque los médicos son mantenidos a expensas del Estado» (I, 92). Esta afirmación es corroborada por los textos de origen egipcio citados anteriormente. En ellos, aparte de recetas y conjuros, también aparece información que nos cuenta cómo era el Estado el encargado de pagar a los médicos. Según estos textos, los médicos se encontraban al pie de las construcciones para atender con mayor rapidez al obrero que lo necesitase; también nos dicen que los médicos contaban con uno o dos ayudantes y estaban autorizados a dar una baja —como la conocemos hoy en día— a los obreros que la necesitasen. Esta información está siendo corroborada por los estudios realizados en Deir el Medina por la profesora Anne Austin, de la Universidad de Stanford.
Más divergencias existen entre los investigadores a la hora de ponerse de acuerdo sobre el modo de formación de estos médicos. En opinión de Christopher Eyre, solo llegaban a ser médicos los escribas de los cursos más avanzados y que pertenecían a las familias más pudientes. Sin embargo, para Franco Cimmino, la ciencia médica no solo se debía de aprender en las «casas de vida», sino que los conocimientos médicos fuesen transmitidos de padres a hijos, de generación en generación. En lo que sí están de acuerdo es en el vocablo con el que eran llamados los médicos en el Antiguo Egipto. Los médicos, siempre sin olvidar su condición relacionada con la magia, eran conocidos como swnw más la palabra del órgano del cuerpo en la que se encontraban especializados en curar. Conocemos que los antiguos médicos tenían una formación especializada, tanto por la información autóctona como por la que nos ha llegado desde otras partes del mundo.
«… cada médico cura una sola enfermedad y no las otras […] hay médicos de los ojos, médicos de la cabeza, de los dientes, de las enfermedades intestinales y otros de enfermedades desconocidas…»
(Hdt. II, 84)
A pesar de las limitaciones de la época, la medicina egipcia se encontraba en un estadio bastante avanzado si la comparamos la existente en otros pueblos de la época. Son conocidas las noticias de viajes de médicos griegos al templo de Ptah, donde se encontraban guardados papiros con información sobre medicina —que no nos han llegado—; al igual que tal era la reputación de los médicos egipcios, que incluso los reyes persas Ciro y Darío, confiaron su salud a manos egipcias.
Bibliografía|
CIMMINO, FRANCO, “Vida cotidiana de los egipcios”, Madrid: EDESCO, 1991.
SILVERMAN, DAVID, “El Antiguo Egipto. Historia, religión, arte, ciencia y mitología”, Barcelona: BLUME, 2008.
ALLEN, JAMES, “The art of medicine in Ancient Egypt”, Nueva York: METROPOLITAN MUSEUM OF ART, 2006.
NUNN, JOHN, “Ancient Egyptian medicine”, London, THE BRITISH MUSEUM PRESS, 2002.
http://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/bosquejo-sobre-la-medicina-en-la-antiguedad/ [Consultada: 23/04/2015]
http://www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-2955864/Ancient-Egyptians-NHS-Papyri-reveals-workers-received-medical-treatment-paid-sick-leave-3-600-years-ago.html#ixzz3Sg9J0d6T [Consultada: 23/04/2015]
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